lunes, 7 de septiembre de 2009

TARDES DE PESCA

La niña estaba feliz. Sabía que ese domingo iría con su abuelo a pescar al río, y se dispuso con toda satisfacción a preparar la enorme cesta con sándwiches de jamón y queso, frutas, bebidas, servilletas, torta, mate y su amado libro.
Por su parte, el abuelo iniciaba también sus preparativos, que incluían caña de pescar, anzuelos, lombrices que usaría como cebo, y todo aquello necesario para llevar a cabo esa salida tan anhelada.
Mientras el abuelo daba arranque a la moto, la nieta se ubicaba detrás de él, abrazándolo con fuerza para no caerse, peinada con trenzas para que el viento no hiciera golpear su cabello contra sus mejillas. Era una especie de ritual que ambos llevaban a cabo regularmente, con tantas ganas que no podían ocultar la alegría.
Una vez junto al río, cada uno hacía lo que más amaba hacer. Él se disponía a pescar; ella, a leer sobre una manta que extendía bajo un árbol. Y así pasaban horas, en silencio, pero con una complicidad que llenaba el aire de regocijo y de cariño.
A veces escuchaban tangos en la radio portátil del abuelo… en otras ocasiones, ella le contaba cosas del colegio… y así iban pasando esas tardes mágicas, con una aproximación de sus corazones, con un amor sin palabras que lo decía todo, porque ambos esperaban la próxima salida en moto, para pescar, leer, compartir…

Así fueron mis tardes de domingo con mi abuelo Vicente, con mi queridísimo “nono”, durante mi niñez. Yo fui su nieta preferida. Él nunca lo ocultó, a pesar de ser poco demostrativo en sus sentimientos. Y yo tuve en él, un compañero único e insustituible que colmaba mis inolvidables días de descanso con su taciturna y cálida compañía.

31 comentarios:

Catalina Zentner Levin dijo...

Asi fueron las salidas de pesca de mi esposo con nuestra nieta, rememoro esos preparativos en la complicidad de ambos, yo, un paso más atrás para no interferir en la magia que compartían.

Un beso emocionado,

Isabel dijo...

Bello relato, gracias por visitar mi blog, un saludo desde España
Isabel

aapayés dijo...

Hermoso relato , es una joya leerte..


Un abrazo
Con mis saludos fraternos de siempre.

Unknown dijo...

que lindos recuerdos!!!!!

me alegra que los tengas tan frescos en tu memoria!!
los buenos momentos no deberíamos olvidarnos jamás...

besos,reina

Pilar dijo...

Luci, preciosos recuerdos los de la infancia. Siempre entre ellos hay algunos que son especiales y de ellos conservo cuando siendo muy pequeña, a penas tres años... mi abuela materna, todos los días se acercaba a la valla del colegio para llevarme pan recién horneado.
Casi puedo sentir el olor del pan!!!
Espero que todo vaya bién, cielo.
Un beso grande.
Pilar

MAMUCHA SILVIA dijo...

LEERTE ME LLEVA A EXTRAÑAR TANTO MAS A MI ABUELO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ASI FUE, TAMBIEN MI NIÑEZ, CON UN ABUELO , CON EL QUE COMPARTIA EL AMOR POR LA QUINTITA Y MIENTRAS EL ATENDIA SUS PLANTAS YO LO ACOMPAÑABA¡¡¡¡¡¡¡¡¡
QU EEPOCA, CUANTAS SENSACIONES ¡¡¡
TE DEJO UN BESO, DISFRUTE LEYENDOTE

Elsis dijo...

Luci querida, esas tardes preciosas que pasaste junto a tu nono estarán por siempre en tu corazón.
Hermosos e inolvidables momentos.

Besitos, cielito!

josef dijo...

así fueron las salidas de pesca con mi querido hermano mayor hoy fallecido... Bellas historias entrañables y llenas de estima y cariño.
Un abrazo.

Silvia García dijo...

Ayy mi querida Luci, que precioso, que precioso que hayas podido gozar de tu abuelo, yo tengo una herida en el alma desde toda la vida, porque no conocí ninguno de ellos, será por eso que las personas mayores me producen tanto cariño.
Conserva para siempre esos recuerdos que seguramente cada vez que acuden a tu mente te hacen sentir felíz
Un abrazo de amor
Nos vemos
Silvia

Isabel dijo...

Pues fueron tardes muy hermosas, qué suerte poder gozar así de la compañía de tu abuelo. Besos.

Marisa dijo...

Precioso relato y muy tierno...

¡Eres genial escribiendo!

Besos.

A.L.Zarapico dijo...

Soñar...!Gracias!

SUSURU dijo...

qué maravilla haber tenido un abuelo así y que juntos disfrutaran momentos exclusivos para ambos.

besotes.

si gustas, tienes un regalito en mi casita para que te lo lleves.

Patricia López dijo...

Qué lindo es disfrutar de esa complicidad, Catalina, verdad?
Me alegra que hayas podido ser testigo de esos momentos mágicos.
Un beso, querida amiga.


Gracias, Isabel.
El gusto es mío. Siempre serás bien recibida en mi refugio. Un beso!

Patricia López dijo...

El placer es mío, Adolfo.
Gracias!


Vos sabés bien, Adri! Estuviste bien cerquita en aquellos momentos tan especiales que jamás podré olvidar.
Agradezco al cielo haber podido disfrutar así de mi querido abuelo.
Lo recuerdo con muchísimo cariño y lo extraño tanto!
Un besote, hermosa!

Patricia López dijo...

Querida Pilar, se nos impregnan los sentidos de esos momentos... que no se irán jamás!
Qué bello es saber que no se pierden, por más que pase el tiempo!
Un abrazote, mi linda amiga.


Silvita, mi abuelo también tenía una quinta y yo lo acompañaba a regar las plantas de tomates, acelgas, duraznos, limones... qué momentos!
Gracias por visitarme, cielo!

Patricia López dijo...

Así como vos decís, mi hermosa Elsis!
Momentos totalmente inolvidables...
podré haber olvidado otras cosas, pero ésas compartidas con tu padre, mi querido abuelo, jamásssss!!!
Sabés que fui su nieta preferida, y eso me emociona, hoy más, con el paso del tiempo... Será que me estoy poniendo vieja...
Un beso emocionado, mi querida mamuu!


Josef, qué bueno que vos también hayas podido compartir momentos especiales!
Son huellas que quedan en el alma, por siempre...
Un abrazo!

Patricia López dijo...

Silvia querida, vos sabés que siento que me pasa eso que decís? Que cuando la tristeza me invade, o cuando necesito fuerzas adicionales, recurro a esos recuerdos que me devuelven la vida y la esperanza?
Mi abuelo fue una persona muy especial para mí, y lo principal es que lo supo mientras vivía, y se fue con esa sensación de amor que siempre le tuve.
Ante su lecho de muerte pude decirle "te quiero", como antes jamás había podido decírselo de frente... aún hoy me emociona recordarlo así, tan jovial y tan poco demostrativo, pero con un corazón generoso para quienes él amaba...
Un beso grande, con mis ojos empañados.


Claro que sí, Isabel!
Jamás podré olvidarlo.
Besitos, linda.

Patricia López dijo...

Qué halago, Meret!
Gracias, bonita!


Hydro, a veces sueño con esos momentos, quisiera repetirlos como realidades, pero es imposible ya...
Besos, amigo.


Vos lo dijiste, Susuru! Una maravilla, y un tesoro en mi corazón.
Paso a ver tus regalitos, gracias!!

Elsis dijo...

Yo también fui de pesca con él, y lo pasamos genial, nos divertíamos mucho, hasta me enseñó a pescar.
Yo también lo extraño, pero sé que me acompaña siempre,
ël vive en mis pensamientos.

Te quiero, mi vida, besitos!

Mami

Marinel dijo...

Qué bonitos recuerdos,Luci.
Siempre hay momentos inolvidables,y seres especiales,en nuestras vidas.
Eso es lo que tiene de mágico el vivir,guardar esos recuerdos y sacarlos a la luz para volver a saborearlos.
Besos,preciosa.

Natacha dijo...

Puedo entender perfectamente esos sentimientos.
Hallé en mi abuela esa complicidad y protección... Ella me hizo muy feliz y buena parte de lo que soy, se lo debo...
Un beso y gracias por compartir tan bonitos recuerdos, mi niña.
Natacha.

toñi dijo...

Te felicito por haber podido disfrutar de esos momentos tan hermosos con tu abuelo. Yo no tuve esa suerte.

Un beso

Patricia López dijo...

Fue tan especial el viejito, Elsis.
Vos lo sabés bien...
Sigo emocionada recordándolo, no sé por qué, estará queriendo decirme algo quizás?
Un beso, mi querida mamuchi.


Así es, Marinel.
Saborear aquellos momentos que no se perderán jamás, y de ese modo nunca se esfumará la magia.
Gracias, linda!

Patricia López dijo...

Natachita linda, tu abuela seguramente estuvo muy orgullosa de vos. Esa complicidad significa mucho, es algo invaluable en nuestros corazones.
Besos de miel para mi hermanita.


Gracias, Toñi.
Todos atesoramos momentos especiales, quizá no con un abuelo o abuela, pero sí con otras personas que nos han querido de verdad. En eso el corazón no nos engaña, verdad?
Un beso, bonita.

Admin. dijo...

Que lindo, como me gustaría haberlo vivido, mi abuelo murió cuando yo era pequeña y lo mismo ocurrio con mi hija, tenía 3 años cuando murió mi papá, tiene igual a su otro abu y lo trata de disfrutar, muy lindos recuerdos......
besososo
buen finde!!!!!!!!
andrea
reflejos femeninos

Jose dijo...

Uno de esos sueños imposibles, de fantasía, soñados... poder volver a estar con los abuelos, para decirles todo aquello que sentimos por ellos y que de niños no tuvimos ocasión...

Me gustaría poder hacerlo con mi abuelo Ramón, con mi abuela Lola, con mi otro abuelo Vicente...

Lo hago desde aquí... yayos, os echo tanto de menos! Os quiero!

Patricia dijo...

Ojalá que tu hija disfrute del abuelo que le queda, no lo olvidará nunca, Andrea.
Son momentos especiales para atesorar.
Besitos, amiga.


Jose, seguramente les ha llegado tu saludo y tu expresión de amor, y estarán felices por ello.
Me alegro que lo hayas hecho desde aquí...

SHE dijo...

uy tocas una parte muy sensible,llena de recuerdos con mi padre. Que hermosos momentos los que describes.

Gracias Lucy!

I. Robledo dijo...

Evocar las tardes de la infancia...

Uno se queda sin palabras, cuando se evocan estas cosas.

Un abrazo, amiga

Patricia dijo...

Recordar esos momentos alimentan nuestro corazón, querida She.
Me alegra que los tengas presentes.
Besos!


Claro que sí, Antiqva!
Sin palabras... sólo recuerdos...
Un abrazote.