Recuerdo con un dejo de tristeza aquellos días en que no faltaba ocasión
en la que la acompañara en todas sus travesías. Aún recuerdo la caricia de sus
dedos y el beso de sus labios en las instancias de mayor conexión. Sin embargo,
hace un tiempo que siento cómo me voy secando de a poco, con el único consuelo
de alguna parca mirada suya, que no es suficiente para mitigar mi dolor y
despertarme de mi largo sueño.
Cada día que pasa deseo que ella quite sus ojos del monitor de su pc y
me mire. Pareciera que desde que apareció ese feo teclado lleno de dientes
cuadrados que suele usar para escribir, se ha olvidado de mí. Ni se acuerda de que
en un tiempo éramos inseparables compañeras ni de que, hasta latiendo en sus
manos, solía despertar su imaginación. Pero aquí está una vez más sin prestarme
atención. Solo mira, piensa, espera, inmóvil, con la mirada perdida en un punto
lejano de ese frío e inexpresivo monitor. Yo la conozco bien: creo que está
tratando de encontrar inspiración.
La observo teclear y detenerse unos instantes, dudosa. Quisiera reclamar
su atención de alguna manera eficaz, sin interrumpir su concentración pero de
manera elocuente, como antes, cuando mi asistencia era necesaria y valorada.
Luego de minutos eternos, observo que algo en ella se moviliza
internamente y la emoción me embarga. Por fin se pone en acción, me toma en su
mano derecha y
empiezo a latir, con la esperanza renaciente de que ella y yo seamos una sola sobre
el papel. Sin embargo, ella se toma su tiempo… me muerde distraída, de a ratos me hace girar
entre sus dedos.
¡Ahora sí! La felicidad me invade porque mi sueño comienza a hacerse
realidad. Me
deslizo danzarina sobre los delgados renglones, bajo la suave presión de sus dedos brillo como si estuviera sobre una pista de
gala, luciendo mi mejor traje y regalándole la luminosidad de mi tinta, que es
mi propia sangre.
Ella termina de escribir su frase y repara en mi auxilio desinteresado,
redescubriéndome. Me besa agradecida y yo le perdono el mordiscón previo, más
agradecida aún.
Somos amigas de nuevo…
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